jueves, diciembre 14, 2006

Un minuto después de amarte


Embargado por los recuerdos desperté, añorando lo que la arena del tiempo dejo atrás, tú dormías a mi lado, serena, ausente.

Soñaba haber sido el bandido que tomo tu amor por asalto, que irrumpió una noche en tu corazón, con la convicción de convertirme en habitante permanente, quien te exigió que rindieras la plaza, y entregaras las balas y los besos, quien puso sitio a tu corazón 90 noches y 91 días, bajo tu puente y traspaso tu puerta, aunque después de todo no puedo asegurar, si ¿fui yo quien derribo la puerta? o ¿tu quien quito la cerradura?

Cuantas veces te asegure que me convertiría en el guardián de tu baluarte, que resistiría el paso del tiempo y de las tempestades, el tiempo pasó y aquí permanezco, y no es la luna de octubre la que tejió un lazo de luz claro e indivisible lo que me une a ti, ni son tampoco las promesas que te hice en las noches que en el mar y la bruma convergimos, pues no seria unión sino atadura. Es que cuando pienso en los días que han quedado atrás y cuento las horas de embeleso que pasamos juntos, los miles de sueños que tejimos, comprendo que te quiero mas que nunca, y esta noche mientras la luna crece y la marea sube, lo confirmo.

Cuanto he de adorarte si un minuto después de amarte, te amo mil besos más.

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